"-¿no quieres dormir junto a mí?
-tengo casi 15 años mamá. -Yo también tenía quince años cuando tuve que
dormir junto a tí por primera vez. Y también lo hice los siguientes
nueve meses aunque me dabas ganas de vomitar y no parabas de darme
patadas.Pero si lo prefieres, puedes dormir en la silla. Somos libres,
personas libres y debemos decidir."
“Rompes a llorar o a reír. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos”
“-En la vida hay poco espacio para
los susurros- me decía-. Yo he recibido tres o seis minutos de susurros.
Frases muy cortas de hombres en momentos muy puntuales: “Te amo… no te
olvidaré… sigue… sigue… ” Los susurros son tan potentes que deberían
prohibirse en la cama. Allí todos mienten, absolutamente todos. Nunca
susurres en la cama y menos cuando tengas sexo”
“Ella no creía en finalizar ni discusiones, ni charlas ni
espectáculos de danza. Decía que los puntos finales facilitan la vida a
la gente. Los puntos aparte y los suspensivos incrementan la
inteligencia”
“Nunca se sabe qué encontrará uno tras una puerta. Quizá en eso consiste la vida: en girar pomos”
“Sé valiente-dijo-. En la vida, en
el amor y en el sexo. La gente olvida que debe pedir caricias y besos
[...] Una caricia, un beso, solicitar el calor de una mano en el ombligo
no deben ir acompañados con el sentimiento de que eso provocará o
derivará en sexo”
martes, 21 de agosto de 2012
martes, 14 de agosto de 2012
Nadie.
Nada ni nadie puede hacer que no recuerde los momentos buenos, siempre ahí, siempre en mí. Prefiero esta distancia que la anterior cercanía inútil que habíamos creado.
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