martes, 21 de agosto de 2012

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo.

 "-¿no quieres dormir junto a mí? -tengo casi 15 años mamá. -Yo también tenía quince años cuando tuve que dormir junto a tí por primera vez. Y también lo hice los siguientes nueve meses aunque me dabas ganas de vomitar y no parabas de darme patadas.Pero si lo prefieres, puedes dormir en la silla. Somos libres, personas libres y debemos decidir."   

“Rompes a llorar o a reír. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos”
“-En la vida hay poco espacio para los susurros- me decía-. Yo he recibido tres o seis minutos de susurros. Frases muy cortas de hombres en momentos muy puntuales: “Te amo… no te olvidaré… sigue… sigue… ” Los susurros son tan potentes que deberían prohibirse en la cama. Allí todos mienten, absolutamente todos. Nunca susurres en la cama y menos cuando tengas sexo”
“Ella no creía en finalizar ni discusiones, ni charlas ni espectáculos de danza. Decía que los puntos finales facilitan la vida a la gente. Los puntos aparte y los suspensivos incrementan la inteligencia”
 “Nunca se sabe qué encontrará uno tras una puerta. Quizá en eso consiste la vida: en girar pomos”
“Sé valiente-dijo-. En la vida, en el amor y en el sexo. La gente olvida que debe pedir caricias y besos [...] Una caricia, un beso, solicitar el calor de una mano en el ombligo no deben ir acompañados con el sentimiento de que eso provocará o derivará en sexo”

martes, 14 de agosto de 2012

Nadie.

Nada ni nadie puede hacer que no recuerde los momentos buenos, siempre ahí, siempre en mí. Prefiero esta distancia que la anterior cercanía inútil que habíamos creado.